jueves, 2 de septiembre de 2010

Castro y los mariconsones

Fidel Castro
Habrá quien piense que el sátrapa más recalcitrante del comunismo bananero ha enloquecido de puro chocho últimamente, con la de barbaridades que viene soltando por esa bocaza.

Pero no, no. Este canalla siempre ha sido así. En la Cuba de los últimos cincuenta años tenemos el ostensible resultado de sus ocurrencias. Sin embargo, en vista de las recientes liberaciones de presos, o de las inopinadas declaraciones del personaje donde lamenta la persecución emprendida contra los homosexuales cubanos, bien parecería que algo está cambiando de veras en el régimen.

Ahora bien, si algo está cambiando alrededor de éstos y de otros dinosaurios es el mundo, porque, lo que es ellos, siguen igual que toda la vida. Su único principio es el poder absoluto, y todo lo demás, meramente accesorio; en su mayor parte, imagen. De ahí que, advertido por los Moratinos y las Pajines el valetudinario cacique de que hace algunas décadas que, en el mundo civilizado, se dejó de ver con buenos ojos la cura de la homosexualidad mediante el atávico tratamiento de garrotazo y tentetieso, entone ahora el mea culpa, —si bien no tan mea y no tan culpa, de entrar uno en sus declaraciones. Los beneficios que le reporta al régimen la persecución de los homosexuales —fuera de satisfacer las fobias de alguno— parecen dudosos, mientras que el desprestigio que le acarrea entre parte del progrerío internacional, que enarbola de un tiempo a la parte la bandera de unos pretensos derechos de los homosexuales, vendría a justificar que Castro cargue la responsabilidad sobre sí —aunque la eluda acto seguido sin inmutarse siquiera, será la falta de costumbre de que le lleven a uno la contraria.

Al fin y al cabo, a él le quedan un par de ediciones del Granma, mientras que, para los sufridos cubanos, la tiranía continuará por tiempo indefinido. No había que perder esta oportunidad de absolverla de sus pecados contra el dogma progresista de hoy, no sabemos si de mañana. Gracias, Pajines y Moratinos. Mientras tanto, yo me pregunto qué fue de estas dos chicas, por ejemplo.

5 comentarios:

  1. Permítame que sea el primero en darle la re-bienvenida (porque usted no es nuevo en estos lares) a los mundos blogueros. Aplaudo su idea de volver a escribir y me alegra sobremanera que usted me haga algún caso de vez en cuando.

    Con respecto al sátrapa cubano... qué decirle. Fue usted el que me mostró la horrible realidad que tras este acto, en apariencia pío, se oculta: cargar el pecado sobre un chivo viejo para que al régimen no se le pueda culpabilizar de la persecución de homosexuales, porque claro "el régimen revolucionario cubano no tiene nada contra los homosexuales, todo era cosa de Fidel".

    Muy buena la estrategia, si no fuera por lo patatero del caso. Resulta que bailamos al son del ritmillo internacional, no por convicción, que nadie se lleve a error, sino porque queda muy feo que un régimen ultraizquierdista le de por apalear a mariconsones.

    En fin, rezo por el pueblo cubano que tiene que aguantar a semejantes mamarrachos... y rezo también por nosotros, que debemos padecer a Zapateros, Desatinos, Aidos y Pajines varios...

    ¡Bienvenido querido PAINted!

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  2. Muchas gracias por su calurosa bienvenida a la blogosfera, querido Gatete, nos mantendremos en contacto por aquí. Un abrazo.

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  3. Creo que reflejas bien el problema, Painted: en una dictadura el gobierno podrá cambiar de opinión o de política, pero esto no ocurrirá por la presión de la opinión pública o por el temor a perder unas elecciones, sino por conveniencia, como ocurre con la política hacia los homosexuales en Cuba.

    Es curioso, estoy leyendo un libro muy bueno sobre China, y anoche citaba este mismo caso: cómo el régimen había perseguido a muerte la homosexualidad, hasta hace poco, y cómo por el creciente número de extranjeros que viven allí y y por la celebración de los Juegos Olímpicos ha tenido que abrir un poco la mano.

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  4. Pues si es interesante el libro no te perdono que dejes de recomendarlo, jeje. Gracias por comentar.

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  5. Parece que China es el nuevo modelo. Cierta libertad económica junto con mayor control político, y cien mil funcionarios a la calle con un mes de subsidio de desempleo. Y todavía veremos las banderas comunistas ondear en las minifestaciones del paripé de huelga que se avecina.

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